Es un lugar de poder de los pocos que existen en la península ibérica. Los templarios escogieron este emplazamiento de las afueras de Segovia para edificar la iglesia de la Vera Cruz porque concentraba una fuerza telúrica de dimensiones desconocidas. Leva
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Iglesia de la Veracruz de los Templarios. Aquella parte de la historiografía que atribuye la creación de la iglesia de la Vera Cruz por la Orden del Temple, coincide en buscarle similitudes arquitectónicas con la propia Cúpula de la Roca, supuesto templo de Salomón, en Tierra Santa. Otros investigadores atribuyen a la Orden del Santo Sepulcro la construcción del edificio por una inscripción que existe en su interior.
En el interior de la iglesia de la Vera Cruz se habilitan dos pisos, cuya parte superior utilizaban los templarios para rezar. Allí se ubica un altar de piedra decorado con arcos sustentados por columnas salomónicas. El exterior del templo es austero, con escasa decoración figurativa, algo atípico para una iglesia, aunque se ha restaurado para poder ser visitado por el viajero. Está ornamentado con banderas de la Orden de Malta.
Con dicha intención, el viajero tiene dos puertas de acceso a la Vera Cruz, al sur y al oeste. La principal es la de poniente y está protegida con canecillos y metopas. Los motivos que decoran los capitales de las columnas son vegetales y geométricos. Despierta la curiosidad del visitante la existencia de dos menudos habitáculos secretos a los que solo se puede acceder desde el exterior con escaleras de mano. Su función hoy todavía se desconoce.
Se trata de la única iglesia de estilo románico con un anillo circular como perímetro interior (el exterior es dodecagonal) a la que se le adosó la torre campanario en el siglo XVI. Desde lo más alto de la misma se obtiene una hermosa panorámica de la ciudad de Segovia. La iglesia está aislada, a extramuros de la capital. Pétrea, incólume al paso del tiempo.
Los doce lados del edificio reúnen una gran carga de simbolismo que evocan a los 12 apóstoles, las 12 Tribus de Israel, las 12 puertas de la Jerusalén, pero también los 12 signos del Zodíaco y los 12 meses del año. En 1216, el papa Honorio III donó al parecer un trozo del lignum crucis a la iglesia por aquello de la Vera Cruz, reliquia que todavía hoy se conserva en la iglesia parroquial de Zamarramala y sobre la que se cuentan algunas leyendas. De entre las que sobresale la que asegura que solo las golondrinas son las únicas aves que custodian el templo después de que cornejas y grajos hicieran carroña de un caballero templario muerto aquí a manos de los infieles.
En 1531 y como resultado de la unificación de la Orden del Santo Sepulcro con la Orden de San Juan, el templo religioso segoviano pasó a depender de la Orden de Malta. Fue sede parroquial del cercano pueblo de Zamarramala hasta que se levantó en la aldea una iglesia parroquial que la reemplazó. Otro de los interesantes lugares para conocer de la zona si se tienen ganas, sin duda.